Charla de Rafael Herrera

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PRESENTACIÓN DE LA CHARLA

        En esta ocasión, nuestro buen amigo Rafael Herrera Martí, nos ofrece una muy interesante charla que él titula  CAMINO HACIA EL CONOCIMIENTO,  indicando, pues, el origen de ella que está basada en su experiencia personal y muy diversa sobre su innato arte como pintor de óleos, acuarelas y sus tan bien logrados y minuciosos cuadros a plumilla. Se hizo a sí mismo y aunque nació en Santander, su vida se desarrolló trabajando como Profesor Mercantil, Asesor de Inversiones y Director de Empresas Turísticas entre Francia, Inglaterra, Suecia, Marruecos, Canarias, Valencia y Barcelona. Con una personalidad y físico abiertamente prototipos de todo un español, como se suele decir popularmente yo, a través de muchos años de sincera amistad lo comparo con un típico y tradicional romano, ya que así es calificado por los italianos cultos a todo hombre con sus cualidades tan polifacéticas, porque también es poeta y calígrafo, maneja muy logradamente la escultura tallada en madera, ha sido durante su larga vida un incansable viajero y a través precisamente de su camino hacia el conocimiento, logró una gran soltura en el dominio de lenguas muy diversas como son muchas europeas y una oriental, el Árabe, que también escribe con gran dominio, con sus rasgos tan gráciles y bellos de la escritura de esa lengua, que pueden parecernos a los profanos como delicados dibujos atractivos y enigmáticos.

     Concepción Arenal en una de sus moralejas dice así:” Los hechos enseñan mucho, pero es a quien sabe ver”. Rafael Herrera ha sabido ver y demostrarlo especialmente a través de sus variadas obras artísticas. También, como dice una frase bien conocida: “Detrás de todo gran hombre hay una gran mujer”, en su caso, su tan amada esposa que desde siempre lo animó y lo apoyó.

     Y no puedo olvidar ese otro arte tan diferente y tan importante en toda relación humana, llamado SENTIDO DEL HUMOR, que le caracteriza, Él es un ejemplo de de esta otra frase poética y graciosa de nuestro tan profundo y sabiamente humano Lope de Vega:

                                                      “Si el humor gastar pudiera

                                               Con mas salud sospecho que viviera “

                                                  CAMINO HACIA EL CONOCIMIENTO

    Hola, bienvenidos a esta charla y Dios nos dé paciencia a todos, a mí para hablar y a vosotros para escuchar. En primer lugar os debo dar las gracias por acudir a oírme y por darme el privilegio de poder estar con vosotros y espero que paséis un momento agradable. También debo dar las gracias a mi gran amiga Blanca Rosa por haber hecho posible que hoy esté aquí. Ella me pidió que diera una conferencia y mi primera reacción fue asustarme ante tal evento porque me cogió de sorpresa y en principio rehusé hacerlo, pero más tarde pensé  que después de  una pequeña charla distendida quizá pudiera ganar amigos y sobrevivir. Yo  no  soy orador, así que os ruego que seáis muy benévolos conmigo a la hora de juzgarme y me alegrará saber que al final lo hayáis pasado bien.

     Dicho esto, pensé que podría compartir con vosotros algunas de las pequeñas experiencias y deslices que he sufrido a la hora de aprender. Durante toda mi vida lo único que he  hecho  es eso, TRATAR DE APRENDER,  ya que mi lema ha sido siempre ADQUIRIR EL CONOCIMIENTO y me ha fascinado el poder saber. Al final lo más importante que he aprendido  es que  jamás se aprende todo lo que se quisiera y que mientras más se sabe, más se da uno cuenta de lo ignorante que se es. Para mí, aprender es un arte como cualquier otro, que hay  que cultivar  y ejercitar. A veces se hace bien; pero a menudo se olvida lo que se ha aprendido. Por mi parte admiro a la gente que ha aprendido a aprender ya que, la mayoría de nosotros ha llegado a pensar que sabe lo que ha aprendido pero cuando se trata de ponerlo en práctica resulta que nuestra mente nos juega una mala pasada y se niega a mostrarnos sus archivos.  ¿ Porqué  nos ocurre esto ? . Creo que porque no lo hemos aprendido bien o porque no utilizamos correctamente aquello que hemos aprendido o con la frecuencia que deberíamos de haberlo hecho. Pensamos que lo sabíamos; pero en realidad todo lo que conservamos es  un fondo, una base o un residuo de lo que habíamos aprendido. Por eso pienso que nadie  debería   tratar de  aprenderlo TODO, sino solamente aquellas cosas que merecen ser aprendidas   y  que podamos después utilizarlas en nuestro beneficio y utilidad. Una de las grandes inquietudes del ser humano a través de su historia ha sido la búsqueda de la verdad. El conocimiento que podemos adquirir sobre las cosas que nos rodean, los hechos, las  ideas   nos interesa en la medida en que se acerquen lo más posible a nuestro concepto de  lo  que   es verdadero. Y puesto que el saber humano abarca tal inmensidad de conocimiento  adquirido por él a lo largo de los milenios, debemos discernir y escoger qué parte del conocimiento nos interesa aprender. Un buen ejemplo podría ser el estudio de una lengua extranjera. Antaño, en el Ejército y en la Marina se premiaba el conocimiento de las lenguas foráneas en medida de su dominio. Y existían tres grados de conocimiento de las mismas: el Traduce, el Habla y el Domina. Y siempre se cometen deslices en el uso de otra lengua. De pequeño tuve un compañero de colegio que me invitó a su casa una tarde y pude observar cómo tanto él como sus hermanas podían expresarse en Francés, en Inglés y en Alemán  ya que tenían una institutriz de cada nacionalidad que les hablaba en su propia lengua. Aquello me impactó y decidí que algún día yo también dominaría varias lenguas.

     Con el Francés no tuve problemas en principio, porque me eduqué en un colegio  francés  en el que se utilizaba esta lengua en las clases, en el recreo, en el refectorio, etc., así que  di por sentado que mi conocimiento de la misma era perfecto y en mis estudios  superiores  no  la tomé en serio. A mis treinta años fui a Francia donde debía pasar una temporada, pensando que no iba a tener ninguna dificultad con la lengua; pero me horroricé al comprobar que ni podía entender nada ni podía expresarme en absoluto. Necesité de varios meses y  de  un  gran esfuerzo para recuperar todo lo que estaba archivado en mi cerebro.

   Un buen día quise adquirir un sacacorchos en unos grandes almacenes que se llaman Dámes de France. Había oído a mis amigos pronunciar la palabra “depuceller” para abrir las botellas. Pensé que era la palabra correcta y supuse que por lo tanto la palabra “abridor” se tendría  que decir “depucelleur”. Pues bien, me dirigí  a la joven que me atendió y le pedí un “depucelleur”. Ella me miró de pies a cabeza y me dijo : ¡ Monsieur ¡. Yo le repetí la misma palabra y además le hice el gesto con la mano que se utiliza para abrir las botellas. Ella me miró horrorizada y me indicó que me esperase y se marchó, volviendo al cabo de varios minutos en compañía de un señor muy corpulento que me interpeló: ¡ Monsieur ¡.   Yo  le  volví a pedir mi “depucelleur” y él me preguntó que qué quería hacer con eso. Entonces le expliqué que quería utilizarlo para abrir botellas y él sonrió y me dijo que la palabra correcta era “TIREBOUCHON”, lo cual me proporcionó al punto. Más tarde, estando  con mis  amigos, les narré lo que me había ocurrido y sus risas se pudieron oír en toda la ciudad y me dijeron que lo que yo había pedido era nada más y nada menos que un” desvirgador.” Aprendí  en ese momento que jamás se deben hacer tales deducciones ni inventar palabras en una  lengua  que no es la propia.

     El tomar conciencia de que los sentidos juegan a veces malas pasadas y bromas pesadas nos puede llevar a reflexionar sobre cual será la posibilidad real de conocer el universo que nos rodea. Es interesante considerar si nuestras limitaciones nos permiten atisbar, aunque sea parcialmente, la verdadera naturaleza no ya de las cosas trascendentales sino también de aquellas que son absolutamente cotidianas y que son parte de la problemática diaria en  la vida de todo ser humano. Y es que para muchas personas aún existe una gran tendencia a creer que su personal percepción de la realidad es la única verdad y debe ser aceptada por toda la humanidad como una verdad indiscutible y es ahí precisamente donde podemos aprender que estamos equivocados.

     Mi siguiente desliz tuvo lugar en el aprendizaje de la lengua árabe. Cuando creí conocerla suficientemente bien, me atreví a preguntarles a mis invitados árabes si deseaban tomar un postre. Enseguida observé como hacían todos ellos esfuerzos sobrehumanos para no soltar la carcajada y me di cuenta de que debía de haber dicho algo fuera de lugar, así que les hice la misma pregunta en Inglés y todos tomaron su postre. Más tarde le pregunté a mi amigo Mohammed porqué se habían reído y me contestó que en lugar de ofrecerles un postre les había ofrecido un estreñimiento.

     Todos sabemos cómo se desarrolla la evolución humana a partir de los homínidos, estos comienzan a andar sobre dos patas y a emitir sonidos cada vez menos agudos. Con los milenios, su cerebro empieza a agrandarse, su laringe se hace más profunda y empieza a  emitir sonidos modulados que poco a poco, muy despacio se van convirtiendo en palabras, aprende a dominar el fuego y evoluciona hasta convertirse en Homo Erectus y  luego  en  Homo Sapiens, Sin embargo todo esto ocurre en un suspiro de tiempo si nos atenemos a las edades geológicas.

     Las palabras otorgan al ser humano un poder enorme de comunicación en materias cada vez más complejas y ello acelera su evolución, la cual tiene lugar de formas diversas en distintos lugares de la tierra con lo cual se van creando distintas lenguas, muchas de ellas todavía vivas a pesar de su rudimentaria evolución. Hace unos quince mil años,  después   de  la última glaciación, una serie de tribus procedentes del centro de Asia, comenzaron poco a poco a poblar las zonas del norte de Europa que quedaron libres de la gran costra de  hielo  que las cubrió durante milenios, dando lugar al establecimiento de las lenguas llamadas Indoeuropeas. Se trata de cinco grupos de lenguas, las celtas, casi extintas, las eslavas, las germánicas, las latinas y el Griego, además del Farsi (la lengua de los persas), del  Armenio  y las lenguas Fino-Úgricas. Todas estas lenguas poseen algunas características en común; pero son totalmente diferentes a las lenguas semíticas como el Árabe, el Hebreo etc., en sus estructuras de gramática, fonética y escritura.  Existe un libro que se llama Words (palabras)  que nos explica perfectamente la procedencia, la relación y la evolución de todas las lenguas europeas sin excluir las dos lenguas autóctonas que todavía perviven. Está editado por Víctor Stevenson y publicado por McDonald and Co. de Londres. Creo que es interesantísimo para quienes deseen consultar cualquier dato referente a las lenguas.

     Si se desea aprender una lengua, hay que PAGAR POR ADELANTADO. Con ello quiero decir que es necesario contar con tres cosas y ponerlas en práctica. Primero, VOLUNTAD DE APRENDERLA, segundo, ESFUERZO y tercero, TIEMPO. Pero siempre desde luego, manteniendo la idea del aprendizaje VIVA y CONTÍNUA. Lo que quiero decir es que si queremos aprender una lengua  no podemos limitarnos a estudiar su gramática y su vocabulario. No. Debemos mantener permanentemente la idea de avanzar en el ejercicio de lectura,  traducción,  fonética y sobre todo de EMPLEO de esa lengua. Todos los días se debe oír  un  poco, repetir  lo que se ha oído y una vez aprendido se debe UTILIZAR. Buscar a alguien con quien se pueda usar lo aprendido, observar su reacción y sobre todo apuntar todas las palabras nuevas  que  se puedan captar, en un pequeño block de bolsillo, que después se pasen al cuaderno general evitando así que vuelen para siempre. De este modo siempre podremos consultar lo que nos parezca haber oído antes. Los rusos dicen: nushno sabuitch siem ras adnó slova chtoby yevó jarashó uchit ( Es necesario olvidar cada palabra siete veces antes de aprenderla bien). En una palabra, vivir siempre aprendiendo. Claro está que el método óptimo es vivir  un  tiempo   en  el país de origen.

      Lo mismo ocurre con todas las ramas del saber y no hay más remedio que pagar con errores y sobre todo con paciencia. Los árabes dicen:” As-sabr miftáh al farayy” (La paciencia es la llave de la solución). La experiencia enseña lentamente y siempre a base de cometer errores y la verdadera sabiduría está en reconocer la propia ignorancia. Siempre quise aprender todo lo que pude. Viví en varios países y aprendí sus lenguas. Recuerdo que siendo muy joven fui invitado a pasar una temporada en un país nórdico, donde luego quise pasar  dos años de  mi vida. A los pocos días de estar allí, mis anfitriones, una familia encantadora, me indicó que el sábado había BASTU. Como ignoraba lo que podría ser aquéllo, me  llevaron  a verlo y resultó se una enorme  SAUNA. Efectivamente el sábado siguiente TODA LA FAMILIA ENTRÓ EN EL BASTU  al mismo tiempo, incluido este invitado y por supuesto como Dios nos trajo al mundo.

     Figuraos este pobre chico provinciano como yo, que venía de un país mediterráneo, la impresión que se llevó al comprobar que ciertos tabúes al que estaba acostumbrado, se habían disipado por completo en aquél país. APRENDÍ la verdad del refrán aquél que dice “donde fueres haz lo que vieres” y aprendí que la palabra BASTU  es de origen inglés : BATHTUB  (bañera). Allí también aprendí que no se debe tocar metal alguno sin guantes, cuando las temperaturas descienden a veinticinco grados bajo cero por el riesgo de que las manos se queden pegadas al metal. APRENDÍ muchas cosas en aquel país nórdico como la belleza de sus bosques y de sus lagos, el sabor de su cocina y el sentido tan solidario de sus costumbres. Había oído muy a menudo una palabra en boca de algunos chicos y se me quedó grabada  en  la mente. Y no se me ocurrió otra cosa más que preguntarle a una chica con la que salía el significado de tal palabra. Su respuesta fue:” Eso significa lo que tú estás tratando de hacer conmigo.”  Entonces  APRENDÍ  que siempre se debe preguntar a quien pronunció  la  palabra  y que, a veces es preciso tener la boca cerrada.

    De niño, preguntaba a todo el mundo porqué esto y porqué lo otro  y porqué y porqué y porqué. Mi padre me contestaba a muchas de mis preguntas; pero a veces me replicaba con una frase que ahora, por su condición real, se ha puesto de moda: ¿ PORQUÉ NO TE CALLAS ?. Un amigo suyo me contestó siempre a todo  y yo admiré su sabiduría y su paciencia y comprendí que esas eran las mejores cualidades  de las personas y que yo las querría tener también cuando fuera mayor. Y a ese respecto permitidme que os lea el romancillo de un gran rapsoda y poeta granadino, Manuel Benítez Carrasco :

El niño quiso ser pez

Metió los pies en el río

Estaba tan frío el río

Que ya no quiso ser pez

El niño quiso ser pájaro

Se asomó al balcón del aire

Estaba  tan alto el aire

Que ya no quiso ser pájaro

El niño quiso ser perro

Se puso a ladrarle a un gato

Lo trató tan mal el gato

Que ya no quiso ser perro

El niño quiso ser hombre

Empezó a ponerse años

Le estaban tan mal los años

Que ya no quiso ser hombre

Y ya no quiso crecer

No quiso crecer el niño

Se estaba tan bien de niño

Pero tuvo que crecer

Y en una tarde al volver

A la placeta del niño

El hombre quiso ser niño

Pero ya no pudo ser

    Una vez, de niño, viajaba en un trasatlántico y me encantaba correr escaleras arriba y abajo a bordo. Un día, uno de los oficiales me dijo que me caería, que me rompería la nariz  y  que me la tendrían que poner de corcho. Efectivamente, tantas veces fue el cántaro a  la fuente que un día se rompió. Me caí escaleras abajo y me rompí una ceja (todavía conservo el recuerdo), Cuando yo ví la sangre, camino de la enfermería, no cesaba de gritar: NO,  DE CORCHO NO.

    De niños somos como esponjas y aprendemos casi sin darnos cuenta. De jóvenes aprendemos con poco esfuerzo. Nos hacemos mayores y aprendemos con  más  dificultad  cada vez; pero continuamos aprendiendo siempre. Otro refrán árabe dice:  atlub al iílm min al mahdi ilá al lahdi (Solicíto sabiduría desde la cuna hasta la tumba.) Nosotros decimos que todos los días se aprende algo y los ingleses dicen: experience is the  most  expensive  product ( La experiencia es el producto más caro). Es verdad, como hemos dicho se aprende  muchas veces a costa de errores, porrazos, resbalones y vergüenzas. Pero también creo que merece la pena y no importa la edad en la que se aprende, porque mientras se está aprendiendo, se está poniendo a trabajar a la mente,  que como todo miembro se atrofia si no se le obliga a trabajar. Nunca se debe permitir que el cerebro sea holgazán. Un cerebro holgazán es la morada del Demonio. Y ese demonio se llama Alzheimer. Creo que es muy importante conseguir el equilibrio entre las partes de que estamos formados, es decir el cuerpo, la mente y el espíritu, tema en el que los asiáticos nos llevan mucha ventaja, ya que, nosotros vivimos tan deprisa, que al ejercicio físico y sobre todo al ejercicio mental no le hacemos ni caso. Es importante saber que disfrutamos de una civilización que se beneficia de los errores, de la experiencia y del aprendizaje de todos quienes nos precedieron y que todo este saber se duplica hoy en períodos cada vez más cortos debido a la tecnología de que disponemos  y a ello ha contribuido tanto el hombre como su compañera de camino, la mujer.

    Otro campo que me atrajo siempre fue el de las artes en todas sus facetas y, claro, otro resbalón me ocurrió cuando comenzaba mis cursos de pintura. Siempre admiré a los grandes genios y pensé que quizás algún día yo también me atrevería con alguna de sus disciplinas y aunque desde joven siempre me gustó dibujar, siempre me cautivó la idea de aprender a pintar por lo que un día decidí empezar los cursos. Transcurridos varios meses en la academia, el maestro me puso a pintar  unas flores que salían de un jarrón redondo cubierto en todo su exterior con unos círculos muy finos, cada uno de un color diferente. Pintar aquellos círculos  se me hizo tan pesado que le pregunté al maestro que quien había sido el idiota que había pintado aquél jarrón, a lo que me contestó que él mismo lo había moldeado y posteriormente lo había pintado. Entonces pensé: Tierra, trágame y de nuevo APRENDÍ que a veces no se deben expresar opiniones tan libremente. Afortunadamente fue comprensivo y luego me ayudó con muchos de los trucos que hay que aprender para poder decir que se tiene una pequeña idea sobre pintura, que es mi caso. Adoro la pintura en todas sus disciplinas, lápiz, carbón, acuarela, óleo y pastel, que es lo que en estos momentos trato de APRENDER.

    Siempre quise aprender a tallar la madera. También lo hice; pero tuve que pagar mi APRENDIZAJE a base de cortes en las manos y heridas de gubia. Sin embargo no os imagináis la satisfacción que proporciona el ver terminada una pieza de madera después de ser pulida. Es maravilloso.

    Otra cosa con la que hoy contamos todos es un instrumento magnífico que, bien utilizado, nos permite llegar al conocimiento de infinidad de cosas interesantes a las que antes no teníamos acceso. El ordenador. Sin embargo, antes de poder manejarlo no hay más remedio que APRENDER  a utilizarlo y acostumbrarse a sus, a veces caprichosas reacciones. Conozco a alguien que no menciono, quien, en el proceso de aprender la disciplina de su manejo, a  punto estuvo de arrancar el aparato de su sitio y arrojarlo por la ventana. Por mi parte debo confesar que he tardado dos largos años en poder medio dominarlo y reconozco que tiene tantas posibilidades que solamente puedo utilizar un bajo porcentaje de las mismas. Este aparato  nos puede proporcionar todo el conocimiento que deseemos, siempre que hayamos aprendido a preguntarle.

    APRENDÍ también a valorar el esfuerzo de las personas, sus cualidades y a tratar de ignorar sus defectos. Esta fue quizás la parte más difícil de mi aprendizaje. Tuve un jardinero, durante un tiempo, un verdadero genio de las plantas, quien, para mi zozobra decidió regresar a su país, también nórdico. Al final nos hicimos muy amigos y todavía lo seguimos siendo. Y un buen día en que mi jardín le echaba de menos le dediqué una pequeña rima que voy a permitirme la frivolidad de leeros.

                                                                         A  UN  AMIGO

He visto tu tierra

Y me maravilla

El  hielo que flota

La nieve muy blanca

Los largos inviernos

Y los bosques blancos

Las rojas ardillas

Y los negros pájaros

Con pecho de plata

Quieren decir algo

Bellísimos lagos

Con flores en agua

Con pinos a miles

Con abetos altos

Que bello es el norte

Con cisnes nadando

Con bellos paisajes

Y con chopos blancos

¿ Por qué tú cambiaste

De latitud ?

¿ Acaso el recuerdo

De algunos sabores

De niñez ingenua

O de la añoranza

De tu juventud ?

¿ Eres de verdad feliz

Sin engaños ni recortes

En esa tu bella tierra

Que aunque ella sea la tuya

Está tan lejos al norte ?

¿ Qué fue lo que te llamó

Que tan aprisa marchaste

Flores, amigos y clima

Con un saludo dejaste ?

¿ O fue el sol de medianoche

Que no quiere retirarse

O nenúfares del agua

Que se niegan a secarse ?

¿ O pájaros que despiertan

O de los bosques los vahos

O el perfume de los pinos

O los rumores del lago ?

¿ O es el tono tan sonoro

De tu bella y ardua lengua

En la boca de una hembra

De largos cabellos de oro ?

Bonita lengua es la tuya

Mas oírla y pronunciarla

Solamente en el oído

Me da frío al escucharla

Nuestro astro rey se pregunta

El por qué ,tú te marchaste

Si su calor te placía

¿ Por qué tu no te quedaste ?

Aquí el níspero amarillo

Aquí el verde limonero

Aquí el florido Don Pedro

Crecen junto a mis ladrillos

Pero todos están tristes

Ya no tienen tus cuidados

Desde que, tú te marchaste

Echan de menos tus manos

Tú eres feliz navegando

Entre los cálidos mares

De la lengua castellana

Y de todos sus cantares

Quizá tu cuerpo esté ahí

Pero tu alma está cerca

De estas gentes y esta tierra

De estas flores y esta lengua

    Podría y me encantaría hablaros mucho más: pero el tiempo se acaba. Dejadme sin embargo deciros que admiro y respeto a esta compañera que Dios nos ha dado a los hombres, y con quién es importante compartir tanto lo material como lo espiritual. Creo que se merece ocupar puestos importantes en la sociedad porque es inteligente, trabajadora, abnegada y muchas veces incomprendida y debe ser tratada con generosidad y deferencia. Y cuando ella quiere puede ser un verdadero solaz de corazones y prado de contemplación. Permitidme pues, para terminar, recordar el generoso gesto de aquel caballero musulmán reflejado en una  bella  rima del gran poeta José Zorrilla y que estoy seguro de que muchos de vosotros ya conocéis. Allá va:

Corriendo van por la vega

A las puertas de Granada

Hasta cuarenta gomeles

Y el capitán que los manda

Al entrar en la ciudad

Parando su yegua blanca

Dijo éste a una mujer

Que entre sus brazos lloraba

Enjuga el llanto cristiana

No me atormentes así

Que tengo yo mi sultana

Un nuevo edén para ti

Tengo jardines y flores

Tengo un palacio en Granada

Tengo una fuente dorada

Con más de cien surtidores

Y en la vega del Geníl

Tengo parda fortaleza

Que será reina entre mil

Cuando encierre tu belleza

Y sobre toda una orilla

Extiendo mi señorío

Ni en Córdoba ni en Sevilla

Hay un parque como el mío

Allí la frondosa higuera

Y el encendido granado

Allí la frondosa higuera

Cubren el valle y collado

Allí el sombrío nogal

Allí el nópalo amarillo

Allí el altivo moral

Crecen al pie del castillo

Y olmos tengo en mi alameda

Que hasta el cielo se levantan

Y en redes de plata y seda

Tengo pájaros que cantan

Y tú, mi sultana eres

Que desiertos mis salones están

Mi harén sin mujeres

Mis oídos sin canciones

Yo te daré terciopelos

Y perfumes orientales

De Grecia te traeré velos

Y de Cachemira chales

Y te daré blancas plumas

Para que adornes tu frente

Más blanca que las espumas

De nuestros mares de oriente

Y perlas para el cabello

Y baños para el calor

Y collares para el cuello

Para los labios, amor

¿ Qué me importan tus riquezas,

Contestóle la cristiana

Si me quitas a mis padres

Mis amigos y mis damas ?

Vuélveme, vuélveme moro

A mis padres y a mi patria

Que mis torres de León

Valen más que tu Granada

Escuchóla en paz el moro

Y manoseando su barba

Dijo como quien medita

Y en la mejilla una lágrima

Si tus castillos mejores

Que nuestros palacios son

Y son mejores tus flores

Por ser tuyas en León

Y tú diste tus amores

A alguno de tus guerreros

Hurí del Edén, no llores

Véte con tus caballeros

Y dándole su caballo

Y la mitad de su guardia

El capitán de los moros

Volvió en silencio la espalda

     Y como colofón quisiera expresar mi agradecimiento a mi compañera de camino por haberme hecho el honor de compartir con ella los mejores momentos de mi vida. Una vez más, gracias.

                                                             Rafael Herrera


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